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Versión completa: Disney vs Netflix
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Las líneas de la batalla dentro del mundo del entretenimiento están cambiando rápidamente. Hace tan sólo unos años, Netflix aún era considerada una nueva firma de vídeo online y su jefe de contenidos, Ted Sarandos, estaba preocupado por tratar de "convertirnos en HBO más rápido de lo que HBO se pueda convertir en nosotros", como dijo en 2013.

Hoy, con más de 100 millones de usuarios en el mundo, 91 nominaciones al Emmy por shows originales este año, incluyendo las series Stranger Things y The Crown, y un presupuesto de 7 mil millones de dólares para 2018 (casi tres veces el de HBO), Netflix ha eclipsado a su rival de otros tiempos de muchas maneras.

Ahora corre a transformarse en algo aún más grande: un imperio de entretenimiento de una sola parada que no sólo lanza nuevos shows y películas aparentemente todos los días, sino que también crea marcas que sacuden el zeitgeist y que van más allá del sala del hogar y se convierten en productos físicos.

Dicho de otro modo, Netflix quiere convertirse en Disney antes de que Disney pueda convertirse en Netflix. Es una dinámica que se repite en distintos sectores, desde las finanzas hasta el negocio del turismo, al proliferar las innovaciones tecnológicas: el rebelde digital y el actor de larga data entran en competencia directa.

Hay mucho en juego tanto para Netflix como para Disney. Con las líneas de producción de contenido y distribución fusionándose en toda la industria del entretenimiento, Netflix tiene que demostrar que no depende de tener la licencia de los shows de otras compañías y puede convertirse en una potencia creativa por derecho propio.

Disney sin duda no será el último estudio en retirar su contenido del servicio, aunque Micheal Olson, analista de Piper Jaffrray, estima que Netflix tendrá 150 millones de suscriptores para 2020 con o sin Frozen. Sin embargo la perdida de otros estudios podría significar la ruina de Netflix. Una manera de que Netflix asegure su posición, es permitir una fusión y alianza con alguno de los estudios restantes.

Los grandes proveedores de internet en USA, tienen mucho interés en proveer contenido streaming a sus suscriptores, tal cual como aquí en México, Telmex ofrece Claro Video y iZZi ofrece Blim, especialmente cuando muchos han cortado el cordón de la televisión por cable.

Es posible que Comcast tenga planes de crear su propia plataforma streaming con el catalogo de películas y series de Universal y Dreamworks, que son de su propiedad, y si se prueba la compra de Time Warner por parte de AT&T, es posible que integre el catalogo de películas y series de Warner Brothers y New Line Cinema con HBO en una gran plataforma streaming. 

Disney mientras tanto necesita de una subsidiaria de streaming para construir relaciones poderosas y directas con los espectadores, lo que será cada vez más importante para sostener sus muchas otras divisiones, desde juguetes hasta parques temáticos, en un mundo de crecientes opciones en materia de entretenimiento. Eso significa que Disney debe construir una presencia digital que hasta ahora ha eludido a la compañía.

El mayor experimento de streaming de Disney hasta la fecha, DisneyLife, se lanzó en el Reino Unido, a fines de 2015, y ofrece películas de Disney y Pixar y shows de TV de Disney Channel. No logró despegar, trabado por una tarifa mensual de US$15, casi el doble que la de Netflix. "Disney ha sido tradicionalmente un producto premium", dice Eric Jackson, fundador y presidente del fondo de alto riesgo de medios EMJ Capital. "Pero en streaming parte de ser comparado con Netflix".

Algunos analistas sugieren que Disney puede tener que fijar una tarifa para su app de entretenimiento de no más de US$5 al mes para lograr que los suscriptores de Netflix acepten contratar otro servicio.

Otro desafío será lograr que la gente se mantenga mes tras mes. La tarea es similar a los esfuerzos de Disney por lograr que la gente "lleve a sus chicos a Disneylandia a ver a Mickey y Minnie una vez al año -dice Blair Westlake, ex presidente de Universal Television y ahora jefe de medios y entretenimiento para Microsoft- sólo que sobre una base mucho más frecuente y en un mercado mucho más atestado".

Disney también tendrá que crear el tipo de interfaz de fácil acceso y amigable para el usuario que compañías como Netflix y Hulu han perfeccionado a lo largo de los años. Aunque Disney invirtió 2,500 millones de dolares para convertirse en el dueño mayoritario de BAMTech, que está creando la base de sus apps, aún necesita atraer y empoderar a talento tecnológico para que desarrolle sus nuevos servicios.

En contraste, Netflix ha estado centrado obsesivamente en hacer una cosa mejor que cualquiera: streaming. Su contenido original obtiene aplausos de la crítica y provoca comentarios, pero aún no tiene el tipo de inercia en el mercado que trae ingresos en otras áreas, tales como ropa y libros. Para que Netflix compita con Disney, tendrá que crear marcas que resuenen más allá de una noche en el sofá y luego lograr sacarles mucho el jugo.

"Netflix tiene que hacer mucho marketing offline", asegura un conocedor del mundo digital. "Fuera de los carteles de House of Cards en Sunset Boulevard no han tenido que hacer eso globalmente aún".

Mientras tanto, Disney crea campañas por películas que duran meses e incluso años, que parecen tocar a los consumidores desde todos los ángulos. Su enfoque incluye atraer a los espectadores con cortos exclusivos, inundar Comic-Con con talento y mostrar colas de películas o shows de TV en plataformas propiedad de Disney, como ¡Jimmy Kimmel Live!

Netflix está comenzando a demostrar una visión similarmente astuta: presentó un trailer para la nueva temporada de Stranger Things en el Super Bowl y ofreció los primeros ocho minutos del primer episodio del show por streaming en Twitch. Pero su arma primordial sigue siendo el dinero, como resultó evidente en la campaña del Emmy de este año, cuando la compañía alquiló un espacio espléndido en Beverly Hills y organizó fiestas con cócteles sin parar para promover sus series y películas.

Mientras Disney y Netflix compiten, otros actores envalentonados entran en el campo. Apple, según se dice, invertirá mil millones de dolares en contenido original en 2018, y eso es sólo su primer año de programación. También se dice que Facebook volcará mil millones de dolares a conseguir que la gente mire vídeos originales creados expresamente para su plataforma. Y Amazon, que le pisa los talones a Netflix tanto en suscriptores como en gasto, está volcando 4,500 millones de dolares en contenido en 2018, cifra que podría aumentar el año entrante.

"Esto está cambiando diaria y semanalmente", dice Peter Csathy, presidente de Creatv Media, una firma de asesores centrados en tecnología y medios. "Es una gran carrera para llegar a nuestros corazones y mentes y ojos", sostiene el analista. Y cuando la tecnología cambie inevitablemente, comenzará de nuevo.

De todo lo que compraria Disney tras el acuerdo con FOX, llama la atención, además de la poderosa franquicia X-Men, el 30% adicional de Hulu que pasará a tener la compañía presidida por Bob Iger. En total, controlará el 60% de la plataforma con 16 millones de suscriptores en Estados Unidos.

Es, sin duda, un paso fundamental en su intento de convertirse en un jugador determinante en el mercado del streaming, controlado en gran medida por Netflix. Tanto, que algunos se preguntan ya si Disney podría acabar con Netflix a largo plazo tras la compra de FOX por 52.400 millones de dólares. Ahora, sin duda, cuenta con una opción para conseguirlo, dando continuidad a lo que comenzó en agosto tras anunciar que retiraba todo su contenido de Netflix en dos años.

Lo cierto es que es un momento propicio para un movimiento semejante, tan solo unos meses después de que una de las series de Hulu, The Handmaid's Tale, se hiciera con el Emmy a mejor serie de drama. Tienen más visibilidad y más presencia con ese logro, a lo que añadirán una serie basada en libro del Pulitzer Lawrence Wright, The Looming Tower, y otra serie de terror en conjunto con J.J. Abrams y Stephen King.

Pese a la competencia feroz en el mercado, especialmente con jugadores como Netflix y Amazon, Hulu ha perseverado en el intento de hacerse un hueco, ofreciendo contenido para adultos a base de series de televisión nuevas y antiguas, tirando de nostalgia televisiva para contentar a su público.

De aprobarse la fusión entre Disney y la sección de entretenimiento de FOX, y que no incurra en practicas monopólicas -se calcula que puede tardar entre 12 y 18 meses-, el cambio podría ser radical.

En juego entrarían las películas de Disney, lo moderno y lo clásico, el catálogo de Pixar, Marvel y las nueve películas de Star Wars que se han estrenado hasta la fecha, incluyendo las tres primeras, Una Nueva Esperanza, El Imperio Contraataca y El Regreso del Jedi, cuyos derechos podrían pertenecen a Disney por completo.

También dispondrían de franquicias como Alien, Predator, X-Men, Avatar o El Planeta de los Simios, más un puñado importante de series de televisión que todavía pertenecen a FOX, Los Simpsons, American Horror Story, Padre de Familia, 24, The X-Files, Prison Break, Bones. A eso habría que sumar el catálogo y estudio Blue Sky Studios, con cintas como Ice Age y Rio, así como el interminable catálogo de cintas de 20Th Century Fox, con clásicos como Eva al desnudo, Cleopatra, o Cómo robar un millón y..., por nombrar unas cuantas.

Mientras que Disney ha apostado por producir menos de una docena de filmes al año, en su mayoría son cintas animadas y de superheroes que generan muchos ingresos en taquilla, mientras que Netflix tiene planes de estrenar cerca de 80 películas durante el 2018, sin embargo la mayoría son comedia y dramas de bajo perfil, que muchos clasificarían de malas a mediocres. Netflix haría bien en aprender de Disney, que es preferible enfocarse en producir calidad, no cantidad.

Curiosamente si bien ambas son claramente rivales, tienen rehenes del contrincante. Netflix compró la editora de comics Millarworld (y los derechos de sus personajes) sin embargo FOX (y en un futuro Disney) son distribuidores mundiales de la franquicia Kingsman, mientras que Netflix conserva derechos sobre los personajes de Marvel en sus series Daredevil, Jessica Jones, Luke CageIron Fist.
Desde que Disney anunció que lanzaría su propia plataforma de streaming, incluso que su precio seria menor al de la competencia ya que no tendría tanto catalogo, para competir contra Netflix las expectativas sobre la dinámica que adoptaría este sector se dispararon hasta el cielo. Pero la realidad es que no habían surgido muchas novedades sobre el tema. Hasta hoy.

Un interesante y conciso reporte de Deadline revela muchos datos sobre el nuevo servicio de Disney. Marcando algunas líneas de acción claras, que permiten vislumbrar cuáles serán las cualidades generales de esta plataforma.

En primera el lanzamiento del “Netflix de Disney”, que aún no tiene nombre oficial, está programado para realizarse en algún punto del año 2019. Primero estará disponible para Estados Unidos, y dependiendo de su éxito se abrirá al resto del mundo. Aunque tampoco hay una fecha tentativa definida.

En la plataforma no habrá contenido con clasificación R (Restricted), esos programas y películas se difundirán a través de Hulu (que en parte también es propiedad de Disney). Esta política de distribución también aplicaría para las producciones de la 21st Century Fox cuando la adquisición de la compañía se concrete. Pero esa es una mera suposición de Deadline.

Igual que su principal competidor, Disney tendrá películas exclusivas. Por lo pronto se contempla producir los títulos Lady and the Tramp, Stargirl, The Paper Magician, Don Quixote, Togo, 3 Men and a Baby, Timmy Failure y un remake de The Sword in the Stone, entre otros.

Disney buscaría tener series exclusivas que estarían disponibles desde su lanzamiento. Incluyendo una serie live action de Star Wars; así como un remake de High School Musical, una nueva producción de Marvel, y hasta un programa animado de Monsters Inc.

Las series de Marvel para Netflix se mantendrán en aquella plataforma, se seguirán produciendo nuevas temporadas y no migrarán, pero ya no se desarrollaran series con nuevos personajes para Netflix. La nueva plataforma streaming se centrará en la marca y contenidos de Disney.

Todo esto se mantiene técnicamente en el terreno de la especulación y será necesario esperar más para confirmar toda la información.