02-10-2006, 02:21 AM
Infieles corren peligro
La Nación
La empresa Hunter Group ofrece “cazar” a los traicioneros poniéndoles una “carnada” al frente. El servicio lo toman hombres y mujeres, pero las cifras dejan peor parados a los varones. Sus dueños son pareja, sufrieron en carne propia la infidelidad y no se pierden el programa “Pasiones”.
Su pareja está frecuentemente inubicable? ¿Aprendió nuevas técnicas sexuales sin usted? ¿Le dice que necesita “su espacio”? Ufff... Sin el ánimo de poner a nadie nervioso, no es buena idea confiarse. Los anteriores pueden ser presagios de que su pareja tiene “una sucursal”. La pregunta es si está dispuesto a descubrir al muy descarado o descarada.
La empresa Hunter Group, pionera en cazar infieles, está para eso. El ingeniero comercial Carlos Merino y la relacionadora pública Marilyn Valdivia se unieron –en matrimonio y en los negocios- y formalizaron la idea hace nueve meses. “En un viaje a Estados Unidos vimos que las empresas de coartadas para infieles existen hace mucho, no así la de carnadas”, explica Merino.
Carlos y Marilyn se conocieron por Internet, salieron y el flechazo fue inmediato. Pero no sólo tenían en común el amor. A los dos los gorrearon de lo lindo. “Mi experiencia fue peor”, se adelanta ella. “La mía fue cuando tenía como 18 años”, cuenta él. “Era mi primera pareja y me hizo trizas. De hecho, cuando nos conocimos con Marilyn teníamos ese punto en común y buscábamos lo mismo, lealtad”, reflexiona como si se tratara de una confesión para Pasiones, su programa fetiche desde que tienen el negocio.
“Yo las he pasado todas”, no se queda atrás Marilyn. “Una vez me vendieron la típica pomada de ‘me estoy separando’. Es que los infieles son peligrosos. Acá tenemos mente abierta para algunas cosas, pero no para otras, como la promiscuidad y las enfermedades que podría acarrear”, explica.
Curtidos por el dolor, se embarcaron en esta misión que hace tres meses tiene un exclusivo servicio llamado “Carnada”, que consiste en insertar en la vida cotidiana del sospechoso a una actriz o actor para verificar si, frente a la oportunidad, cometería la artera traición. Aclaran, eso sí, que no existe contacto sexual entre el individuo y la “carnada”. “Quedan de acuerdo de juntarse en otro lugar, más íntimo. Si el cliente quiere, puede aparecer ahí mismo y pillarlos in fraganti“, explica Carlos.
Reconocen que en un principio se les pasó la mano con la “carnada” femenina. “Pusimos las tremendas minas y era obvio que iban a caer... si cayeron todos. Era inmediato”, dice Merino. “¡Es que los hombres!”, exclama su mujer y socia. “Pero lo cambiamos y pusimos niñas más normales”.
Desde que ofrecen este servicio –que cuesta desde 150 mil pesos- nueve hombres y tres mujeres han sido tentados para ver si caen. De las tres mujeres, no cayó ni una. De los nueve hombres, se tentaron los nueve.
NO A LOS ESQUIZOS
Cuando se trata de una sospecha de un gorreo estable, de una sucursal fija, Hunter Group ofrece el “Seguimiento”, que consiste en analizar los parámetros de conducta y en la planificación de una logística personalizada y en terreno con tecnología de punta, que puede incluir rastreos financieros, de celular y de Cyber Infidelidad, y, por qué no, rastreo GPS en línea. Esto, para que la prueba de la falta sea irrefutable.
Este servicio va desde los 300 mil pesos y en cerca de 60 casos la infidelidad masculina se comprobó en el 80% de ellos y la femenina no alcanzó el 50%. “Es que el hombre se pasa muchos rollos”, afirma Carlos. “La mayoría de los que llegan aquí son tipos engañados que han perdonado a su mujer y piensan que les serán infieles otra vez”.
En Hunter Group se reservan el derecho a aceptar la clientela. “Le hacemos un perfil a la gente que viene a pedir ayuda. Nos puede tocar algún desquiciado y no es la idea”, explica Marilyn y ejemplifica con las personas que más que preocuparse de los malos pasos de su pareja, buscan identificar al “patas negras” para vengarse.
Si efectivamente hay infidelidad, la empresa no deja al caído en desgracia, tirado a su suerte y le ofrece una ayuda sicológica y asesoría legal en los trámites de divorcio donde pueden ser usadas las pruebas de infidelidad. De hecho, Hunter Group ampliará su rubro hacia el lado legal. “Es que ahora hay indemnizaciones de por medio”, dice Carlos. Y la infidelidad costará más cara. LN
![[Imagen: FOTO120060202212049.jpg]](http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20060202/imag/FOTO120060202212049.jpg)
La Nación
La empresa Hunter Group ofrece “cazar” a los traicioneros poniéndoles una “carnada” al frente. El servicio lo toman hombres y mujeres, pero las cifras dejan peor parados a los varones. Sus dueños son pareja, sufrieron en carne propia la infidelidad y no se pierden el programa “Pasiones”.
Su pareja está frecuentemente inubicable? ¿Aprendió nuevas técnicas sexuales sin usted? ¿Le dice que necesita “su espacio”? Ufff... Sin el ánimo de poner a nadie nervioso, no es buena idea confiarse. Los anteriores pueden ser presagios de que su pareja tiene “una sucursal”. La pregunta es si está dispuesto a descubrir al muy descarado o descarada.
La empresa Hunter Group, pionera en cazar infieles, está para eso. El ingeniero comercial Carlos Merino y la relacionadora pública Marilyn Valdivia se unieron –en matrimonio y en los negocios- y formalizaron la idea hace nueve meses. “En un viaje a Estados Unidos vimos que las empresas de coartadas para infieles existen hace mucho, no así la de carnadas”, explica Merino.
Carlos y Marilyn se conocieron por Internet, salieron y el flechazo fue inmediato. Pero no sólo tenían en común el amor. A los dos los gorrearon de lo lindo. “Mi experiencia fue peor”, se adelanta ella. “La mía fue cuando tenía como 18 años”, cuenta él. “Era mi primera pareja y me hizo trizas. De hecho, cuando nos conocimos con Marilyn teníamos ese punto en común y buscábamos lo mismo, lealtad”, reflexiona como si se tratara de una confesión para Pasiones, su programa fetiche desde que tienen el negocio.
“Yo las he pasado todas”, no se queda atrás Marilyn. “Una vez me vendieron la típica pomada de ‘me estoy separando’. Es que los infieles son peligrosos. Acá tenemos mente abierta para algunas cosas, pero no para otras, como la promiscuidad y las enfermedades que podría acarrear”, explica.
Curtidos por el dolor, se embarcaron en esta misión que hace tres meses tiene un exclusivo servicio llamado “Carnada”, que consiste en insertar en la vida cotidiana del sospechoso a una actriz o actor para verificar si, frente a la oportunidad, cometería la artera traición. Aclaran, eso sí, que no existe contacto sexual entre el individuo y la “carnada”. “Quedan de acuerdo de juntarse en otro lugar, más íntimo. Si el cliente quiere, puede aparecer ahí mismo y pillarlos in fraganti“, explica Carlos.
Reconocen que en un principio se les pasó la mano con la “carnada” femenina. “Pusimos las tremendas minas y era obvio que iban a caer... si cayeron todos. Era inmediato”, dice Merino. “¡Es que los hombres!”, exclama su mujer y socia. “Pero lo cambiamos y pusimos niñas más normales”.
Desde que ofrecen este servicio –que cuesta desde 150 mil pesos- nueve hombres y tres mujeres han sido tentados para ver si caen. De las tres mujeres, no cayó ni una. De los nueve hombres, se tentaron los nueve.
NO A LOS ESQUIZOS
Cuando se trata de una sospecha de un gorreo estable, de una sucursal fija, Hunter Group ofrece el “Seguimiento”, que consiste en analizar los parámetros de conducta y en la planificación de una logística personalizada y en terreno con tecnología de punta, que puede incluir rastreos financieros, de celular y de Cyber Infidelidad, y, por qué no, rastreo GPS en línea. Esto, para que la prueba de la falta sea irrefutable.
Este servicio va desde los 300 mil pesos y en cerca de 60 casos la infidelidad masculina se comprobó en el 80% de ellos y la femenina no alcanzó el 50%. “Es que el hombre se pasa muchos rollos”, afirma Carlos. “La mayoría de los que llegan aquí son tipos engañados que han perdonado a su mujer y piensan que les serán infieles otra vez”.
En Hunter Group se reservan el derecho a aceptar la clientela. “Le hacemos un perfil a la gente que viene a pedir ayuda. Nos puede tocar algún desquiciado y no es la idea”, explica Marilyn y ejemplifica con las personas que más que preocuparse de los malos pasos de su pareja, buscan identificar al “patas negras” para vengarse.
Si efectivamente hay infidelidad, la empresa no deja al caído en desgracia, tirado a su suerte y le ofrece una ayuda sicológica y asesoría legal en los trámites de divorcio donde pueden ser usadas las pruebas de infidelidad. De hecho, Hunter Group ampliará su rubro hacia el lado legal. “Es que ahora hay indemnizaciones de por medio”, dice Carlos. Y la infidelidad costará más cara. LN