01-10-2007, 04:22 PM
Uno de los platos más suculentos que me dejó a mi el 2005, por encima de Montañas de Brokeback y Altos Impactos fue el nuevo trabajo de Michael Haneke, que en esta ocasión formó un tambaleante matrimonio con dos autenticas bestias de la interpretación francesa: Daniele Auteil y Juliette Binoche. El resultado, que de aquel año solo soy capaz de poner al tu por tu con Match Point, es atronador a lo Haneke, pero usando medios nuevos que en esta ocasión no necesita de pianistas ninfómanas para causar el mayor impacto.
CACHÉ tiene una premisa sencilla: Un matrimonio de la clase media/alta parisina recibe de pronto un videocasette de 2 horas de duración con una sola toma de su casa por fuera. Sin más. Tan sinsentido como inquietante. La cosa se pone un poquito mas perturbadora con la llegada de más videos de la misma naturaleza acompañados de dibujos como hechos por niños pequeños en hojas blancas y a crayola negra y roja, con significado indescifrable pero tan alarmante como el mensaje audiovisual de que están siendo observados.
Pero CACHÉ deja de ser la película truculenta que parecía ser, para embarcarse en un ensayo moral que Haneke teje y esboza con la facilidad que otorga el genio nato. De repente, vemos a una Francia que guarda bajo la alfombra los recuerdos del 61, de la invasión de Argelia y de la tarde en que 200 cadáveres flotaban junto a Notre-Dame.
De pronto, es el horror mental de los recuerdos y la culpa, que se revelan de manera tan difusa pero a la vez magistral, de dos hombres que llevan al límite la moral de la que ellos mismos se hicieron presas en a infancia.
Una de las primeras obras maestras del Siglo que apenas comienza, CACHÉ es cine que se cuestiona a si mismo a la usanza de los grandes autores pero con el sello de modernidad que nos vuelve complices de las tragedias que enmarca.
Todo rematado con un plano final que le pone corona a Haneke, que le da el paso que ya buscaba, de prometedor hombre de experimentos y talento a maestro de su oficio.
Brillante, perturbadora, absorbente, filme que no inventa nada en cuestión técnica, pero que emplea el plano y el encuadre con sabiduría tal que le dan una lavada de cara tal al lenguaje cinematográfico que parece nuevo.
Y el final, único, para aplaudirse de pie, es algo que en mi vida había visto, ni siquiera algo parecido. Binoche y Auteil, grandes. Pero Haneke, enorme.
EL DVD: La presentación del R2 Española es excelente, yo la calidad audiovisual la encuentro bastante buena y los extras muy interesantes, solo 3 en el segundo disco y un corto en el primero, pero valen la pena de verdad. La caja simula los videocasettes macabros y la navegación es buena. Estoy muy contento con esa edición y la recomiendo mucho.
La edita Cameo, editora a la que ya me estoy volviendo adicto, creo.
CACHÉ tiene una premisa sencilla: Un matrimonio de la clase media/alta parisina recibe de pronto un videocasette de 2 horas de duración con una sola toma de su casa por fuera. Sin más. Tan sinsentido como inquietante. La cosa se pone un poquito mas perturbadora con la llegada de más videos de la misma naturaleza acompañados de dibujos como hechos por niños pequeños en hojas blancas y a crayola negra y roja, con significado indescifrable pero tan alarmante como el mensaje audiovisual de que están siendo observados.
Pero CACHÉ deja de ser la película truculenta que parecía ser, para embarcarse en un ensayo moral que Haneke teje y esboza con la facilidad que otorga el genio nato. De repente, vemos a una Francia que guarda bajo la alfombra los recuerdos del 61, de la invasión de Argelia y de la tarde en que 200 cadáveres flotaban junto a Notre-Dame.
De pronto, es el horror mental de los recuerdos y la culpa, que se revelan de manera tan difusa pero a la vez magistral, de dos hombres que llevan al límite la moral de la que ellos mismos se hicieron presas en a infancia.
Una de las primeras obras maestras del Siglo que apenas comienza, CACHÉ es cine que se cuestiona a si mismo a la usanza de los grandes autores pero con el sello de modernidad que nos vuelve complices de las tragedias que enmarca.
Todo rematado con un plano final que le pone corona a Haneke, que le da el paso que ya buscaba, de prometedor hombre de experimentos y talento a maestro de su oficio.
Brillante, perturbadora, absorbente, filme que no inventa nada en cuestión técnica, pero que emplea el plano y el encuadre con sabiduría tal que le dan una lavada de cara tal al lenguaje cinematográfico que parece nuevo.
Y el final, único, para aplaudirse de pie, es algo que en mi vida había visto, ni siquiera algo parecido. Binoche y Auteil, grandes. Pero Haneke, enorme.
EL DVD: La presentación del R2 Española es excelente, yo la calidad audiovisual la encuentro bastante buena y los extras muy interesantes, solo 3 en el segundo disco y un corto en el primero, pero valen la pena de verdad. La caja simula los videocasettes macabros y la navegación es buena. Estoy muy contento con esa edición y la recomiendo mucho.
La edita Cameo, editora a la que ya me estoy volviendo adicto, creo.