02-14-2008, 05:16 PM
John Rambo ha estado viviendo aislado de la civilización. Pareciera que ya no quiere saber nada de matanzas o misiones. Pero el destino nuevamente lo pone ante un trabajito cuando un grupo religioso le pide que los lleve a un poblado de Birmania para llevar ayuda tanto espiritual como física a los moradores. Renuente a hacerlo debido a que esa es una zona en guerra, es convencido por la mujer del grupo. Las cosas se complicarán cuando el ejército Birmano tome prisionero al grupo y Rambo deba volver a la acción en lo que mejor sabe hacer: matar.
Rambo es todo un fenómeno de los ochentas. Un personaje que no necesita presentación y que dejo una huella imborrable dentro del cine de acción. El personaje casi indestructible, que sobrevive a los castigos más crueles y que puede acabar con todo un batallón casi con una mano a la cintura. Rambo fue todo un fenómeno como Robocop, Superman o Terminator. Juguetes, Videojuegos, Una serie animada y una legión de imitadores fracasados fueron resultados de el éxito de taquilla.
Para ser sinceros, yo no tenía mucha fe en este regreso (época moderna, la edad del protagonista) y me imaginaba lo peor. Debido a esa baja expectativa es que disfrute aun mucho más esta película. No tuve la oportunidad de ver ninguna de las otras tres en cine, pero si he sido fan del personaje y de Stallone en general y mis expectativas iban creciendo al escuchar los comentarios positivos. Afortunadamente, esta producción justifica y excede lo que esperaba.
La película es cruda en violencia. Su inicio, mostrando videos reales sobre las atrocidades provocadas por la guerra comunica una idea de lo que esperamos. Rambo no desea luchar, mucho menos matar. Quiere estar en paz consigo y los demás, pero las circunstancias y el deseo de proteger a la gente es lo que lo obliga a sacar su bestia interior y en consecuencia la película es una serie interminable de muertes espectaculares y sangrientas. Cuerpos despedazados, volados en pedazos, acribillados o acuchillados sin compasión y sangre que literalmente salpica hasta la pantalla. Todo este espectáculo no solo es cortesía de Rambo sino también de sus compañeros. Los enemigos, los clásicos militares crueles y viciosos, son malos con ganas y hasta uno desea aplaudir cuando les dan su merecido.
Si la película se redujera solo a esto, tal vez se quedaría en espectacularmente entretenida, pero hay más. Stallone (quien también dirige) quería mostrar el lado cruel y verídico de la guerra, por lo que durante la cinta también sufre la población civil, incluyendo mujeres y niños. Durante la escena del ataque a la aldea, si me sentía un poco mal y no me avergüenza decir que un par de minutos más de demostrar esa violencia explicita hubiera logrado que una lágrima se deslizara por mi rostro.
Rambo ya no es la solitaria maquina de matar que era o que se mantiene en pie pese a los golpes y balazos recibidos al por mayor (el tiempo no perdona). Se ha convertido en un personaje más pensante y cooperativo. Sin embargo sigue en el gusto del público. El regreso a la acción de este héroe de mil batallas es como debe ser: espectacular y violento. Sin duda la película más violenta de toda la saga y con más muertos que las tres películas anteriores juntas. Stallone y Rambo demuestran nuevamente que no hay por el momento alguien que se le acerque a la fama y ha vuelto al trono que ha prestado a algunos que infructuosamente han querido quedarse como los nuevos héroes de acción del cine moderno.
Una de las pocas películas recientes que no dudaría en ver más de dos veces. Lo más irónico y curioso de este asunto es que el estreno haya sido en esta fecha, 14 de Febrero, el día del amor y la amistad.
Rambo es todo un fenómeno de los ochentas. Un personaje que no necesita presentación y que dejo una huella imborrable dentro del cine de acción. El personaje casi indestructible, que sobrevive a los castigos más crueles y que puede acabar con todo un batallón casi con una mano a la cintura. Rambo fue todo un fenómeno como Robocop, Superman o Terminator. Juguetes, Videojuegos, Una serie animada y una legión de imitadores fracasados fueron resultados de el éxito de taquilla.
Para ser sinceros, yo no tenía mucha fe en este regreso (época moderna, la edad del protagonista) y me imaginaba lo peor. Debido a esa baja expectativa es que disfrute aun mucho más esta película. No tuve la oportunidad de ver ninguna de las otras tres en cine, pero si he sido fan del personaje y de Stallone en general y mis expectativas iban creciendo al escuchar los comentarios positivos. Afortunadamente, esta producción justifica y excede lo que esperaba.
La película es cruda en violencia. Su inicio, mostrando videos reales sobre las atrocidades provocadas por la guerra comunica una idea de lo que esperamos. Rambo no desea luchar, mucho menos matar. Quiere estar en paz consigo y los demás, pero las circunstancias y el deseo de proteger a la gente es lo que lo obliga a sacar su bestia interior y en consecuencia la película es una serie interminable de muertes espectaculares y sangrientas. Cuerpos despedazados, volados en pedazos, acribillados o acuchillados sin compasión y sangre que literalmente salpica hasta la pantalla. Todo este espectáculo no solo es cortesía de Rambo sino también de sus compañeros. Los enemigos, los clásicos militares crueles y viciosos, son malos con ganas y hasta uno desea aplaudir cuando les dan su merecido.
Si la película se redujera solo a esto, tal vez se quedaría en espectacularmente entretenida, pero hay más. Stallone (quien también dirige) quería mostrar el lado cruel y verídico de la guerra, por lo que durante la cinta también sufre la población civil, incluyendo mujeres y niños. Durante la escena del ataque a la aldea, si me sentía un poco mal y no me avergüenza decir que un par de minutos más de demostrar esa violencia explicita hubiera logrado que una lágrima se deslizara por mi rostro.
Rambo ya no es la solitaria maquina de matar que era o que se mantiene en pie pese a los golpes y balazos recibidos al por mayor (el tiempo no perdona). Se ha convertido en un personaje más pensante y cooperativo. Sin embargo sigue en el gusto del público. El regreso a la acción de este héroe de mil batallas es como debe ser: espectacular y violento. Sin duda la película más violenta de toda la saga y con más muertos que las tres películas anteriores juntas. Stallone y Rambo demuestran nuevamente que no hay por el momento alguien que se le acerque a la fama y ha vuelto al trono que ha prestado a algunos que infructuosamente han querido quedarse como los nuevos héroes de acción del cine moderno.
Una de las pocas películas recientes que no dudaría en ver más de dos veces. Lo más irónico y curioso de este asunto es que el estreno haya sido en esta fecha, 14 de Febrero, el día del amor y la amistad.