03-30-2007, 12:41 PM
Brazil
Una obra maestra del cine distópico; reflexiva y lacerante parodia menipea.
La máxima obra del estadounidense Terry Gilliam (1985) nos muestra otra "Metropolis" (Fritz Lang, 1927), también con visos del expresionismo alemán, aunque ésta retro futurista -visualizada por el hombre de la década de los 50-, con una sociedad deshumanizada por la opresión del totalitarismo de Estado.
Indiferencia y superficialidad representada por la clase alta; insensible, inmutable ante el opresivo régimen y el caos trágico del terrorismo.
Jonathan Pryce realiza una muy convincente interpretación de Sam Lowry, un empleado de Gobierno competente que sueña sólo dormido, sin aspiraciones...
Hasta que por un accidente en el papeleo del infalible sistema burocrático cree ver a la mujer de sus sueños.
Surge entonces la aspiración, la obsesión por encontrarla enfrentando al régimen, incumpliendo la ley impositiva y valiéndose de su condición de burócrata para intentar burlar el aparato represor del Estado.
Brazil es la utopía carnavalesca inalcanzable.
El humor negro satura y resulta conmovedor; la realidad es kafkiana.
Una obra maestra del cine distópico; reflexiva y lacerante parodia menipea.
La máxima obra del estadounidense Terry Gilliam (1985) nos muestra otra "Metropolis" (Fritz Lang, 1927), también con visos del expresionismo alemán, aunque ésta retro futurista -visualizada por el hombre de la década de los 50-, con una sociedad deshumanizada por la opresión del totalitarismo de Estado.
Indiferencia y superficialidad representada por la clase alta; insensible, inmutable ante el opresivo régimen y el caos trágico del terrorismo.
Jonathan Pryce realiza una muy convincente interpretación de Sam Lowry, un empleado de Gobierno competente que sueña sólo dormido, sin aspiraciones...
Hasta que por un accidente en el papeleo del infalible sistema burocrático cree ver a la mujer de sus sueños.
Surge entonces la aspiración, la obsesión por encontrarla enfrentando al régimen, incumpliendo la ley impositiva y valiéndose de su condición de burócrata para intentar burlar el aparato represor del Estado.
Brazil es la utopía carnavalesca inalcanzable.
El humor negro satura y resulta conmovedor; la realidad es kafkiana.
"Tengo una imagen, luego soy", Abbas Kiarostami.