10-04-2005, 01:19 PM
Expresar los pensamientos y sentimientos íntimos, incluso con una compañera, significa revelar la vida privada, lo que produce una incomodidad innecesaria en muchos hombres. Con este artículo queremos poner en consideración de ellos algunos consejitos que podrían ayudar a mejorar la vida en pareja.
Hablar del sexo
Los gestos pueden ser muy expresivos, pero sin palabras pueden ser malinterpretados. No hay que esperar que la compañera lea la mente, ya que es un error pensar en que si le quiere, sabrá lo que desea. No existe sustituto de las palabras sinceras para descubrir las necesidades de cada uno.
Las relaciones nuevas
Hay que aprovechar siempre las relaciones nuevas para hablar de las preferencias y animar a la compañera a decir las suyas cuando empiecen a hacer el amor.
A menudo es más fácil hablar de la intimidad con alguien a quien se acaba de conocer, que romper con la rutina establecida con una compañera de mucho tiempo con quien siempre ha sido difícil comunicarse. Por cierto, esto no siempre sucede, cada individuo sabe cómo expresarlo y con quién en el momento oportuno.
Las expresiones
Siempre hay que expresarse directa y específicamente en la medida de lo posible. No es bueno decir “¿qué tal lo has pasado?, sino… ¿te gustaron mis caricias?, o ¿iba demasiado rápido para ti?”.
Decir lo que se quiere y lo que no gusta es recomendable. Si la pareja anda en intentos de adivinar los gustos de cada uno puede perder tiempo. Es así que se deben hacer las cosas que agradan, si los dos juegan a las adivinanzas, puede que ninguno logre lo que quiere. Hay que ser directos y animar a la pareja a hacer lo mismo.
Seguridad
Hay que dar seguridad y ánimo siempre que se pueda. Suele ser una buena táctica dar énfasis a lo que gusta en vez de quejarse por lo que no agrada. Por lo menos hasta que haya confianza en la relación.
Por lo tanto es mejor decir: “eso me encanta, en vez de no me gusta mucho lo que estás haciendo ahora”. Los comentarios tales como “tú nunca… o tú siempre…” expresan una crítica en la cama y suelen provocar tensiones.
La discreción
Particularmente una persona debe ser discreta cuando se introduce en un tema que es muy delicado, tal como el referente a la higiene personal.
Como parte de un consejo, pídanse mutuamente controlar el aliento si huele mal, por ejemplo. Dar o exigir un autodescubrimiento completo puede desembocar en que alguien de la pareja se retire si no está dispuesto a eso.
Las preguntas que uno mismo no está en la capacidad de responder hay que eliminarlas para dejar afuera la incomodidad.
La hora idónea para hablar
Para la mayoría de los hombres, el momento más adecuado para hablar de sexo es cuando está haciendo el amor. Ellos deben ser agradecidos siempre, indicando a la compañera lo que gusta en el momento que lo disfruta.
Sin embargo, para algunos hombres es más fácil abordar el tema de sus preferencias sexuales en otro momento.
Éste puede ser el caso si se mantiene una relación prolongada en la cual no se tiene la costumbre de hablar de sexo.
Este tema hay que abordarlo cuando ambos estén relajados y cómodos. Hacerlo de manera indirecta, mencionando algo que se haya leído o visto en la televisión o incluso citando la experiencia de algún amigo.
Volver a vivir experiencias placenteras
También suele facilitar las cosas hablar de experiencias pasadas, mejor que de experiencias presentes. Si se gusta repetir una actividad sexual que se disfrutó en el pasado, hay que mencionarla como algo placentero.
Puede ayudar si se ensaya de antemano lo que se piensa decir. Hay que aumentar la confianza en el momento de abordar el tema con la compañera si se compone el mensaje de antemano y se repite en alta voz.
Decir NO
Para muchos hombres, uno de los problemas más difíciles de comunicación es encontrar la manera de decir a la compañera que simplemente no están motivados para el sexo sin que ella se sienta rechazada.
Ellos saben lo que significa sentirse rechazados o heridos debido a un desaire sexual. Es importante aprender a negarse a la invitación sin rechazar a nadie.
Por ejemplo, se podría decir “me encantaría hablar contigo, pero no me apetece hacer el amor”, o uno puede negarse cariñosamente y decir: “Por qué sólo nos abrazamos”.
Dificultades de sinceridad
Muchas parejas con dificultad de sinceridad prefieren adoptar un código para comunicarse la disposición sexual. La pareja puede, por ejemplo ponerse de acuerdo en utilizar una escala del 1 – 10 y así evitarse algunos problemas en la relación de pareja.
Consejitos
Es bueno hacer
Lo que se siente y lo que fastidia en el momento que ocurre y no días o semanas más tarde.
Decirle a la compañera lo que expresan los sentimientos. En vez de decir: “eres muy egoísta, nunca haces… Es mejor, quizá no deba enfadarme cuando… pero no lo puedo evitar”.
No abandonar el problema hasta que quede resuelto. No hay que aprovechar la situación en curso para desahogarse de sentimientos pasados.
Mantener el control, las discusiones no deberían ser destructivas. Por lo tanto, si alguien está tan enfadado que tiene ganas de gritar, hay que esperar hasta que la cólera pase.
No lanzar críticas ásperas sobre las mutuas deficiencias físicas o intelectuales, ya que aquellas no se olvidan ni se perdonan con facilidad.
Hay que hacer las paces antes de ir a dormir. De seguro alguien no se sentirá muy animado si se intenta utilizar al sexo para perdonarse luego de la pelea.
Expresiones
Dígalas y siéntalas
Aproveche cada relación y aprovechese de ésta.
Sea sutil en sus expresiones.
No trate de adivinar nada, sólo haga realidad sus deseos.
Asegúrese de lo que siente y dé seguridad a su compañera.
Utilice las palabras adecuadas.
Sea discreto cuando trate un tema delicado.
Trate los temas sexuales cuando los dos estén en condiciones de llevar los problemas.
Recuerde lo más placentero de su relación y vuelva a vivirla.
No siempre un NO es malo, a veces es bueno decirlo.
Y… sobre todo sea sincero en sus actos.
Hablar del sexo
Los gestos pueden ser muy expresivos, pero sin palabras pueden ser malinterpretados. No hay que esperar que la compañera lea la mente, ya que es un error pensar en que si le quiere, sabrá lo que desea. No existe sustituto de las palabras sinceras para descubrir las necesidades de cada uno.
Las relaciones nuevas
Hay que aprovechar siempre las relaciones nuevas para hablar de las preferencias y animar a la compañera a decir las suyas cuando empiecen a hacer el amor.
A menudo es más fácil hablar de la intimidad con alguien a quien se acaba de conocer, que romper con la rutina establecida con una compañera de mucho tiempo con quien siempre ha sido difícil comunicarse. Por cierto, esto no siempre sucede, cada individuo sabe cómo expresarlo y con quién en el momento oportuno.
Las expresiones
Siempre hay que expresarse directa y específicamente en la medida de lo posible. No es bueno decir “¿qué tal lo has pasado?, sino… ¿te gustaron mis caricias?, o ¿iba demasiado rápido para ti?”.
Decir lo que se quiere y lo que no gusta es recomendable. Si la pareja anda en intentos de adivinar los gustos de cada uno puede perder tiempo. Es así que se deben hacer las cosas que agradan, si los dos juegan a las adivinanzas, puede que ninguno logre lo que quiere. Hay que ser directos y animar a la pareja a hacer lo mismo.
Seguridad
Hay que dar seguridad y ánimo siempre que se pueda. Suele ser una buena táctica dar énfasis a lo que gusta en vez de quejarse por lo que no agrada. Por lo menos hasta que haya confianza en la relación.
Por lo tanto es mejor decir: “eso me encanta, en vez de no me gusta mucho lo que estás haciendo ahora”. Los comentarios tales como “tú nunca… o tú siempre…” expresan una crítica en la cama y suelen provocar tensiones.
La discreción
Particularmente una persona debe ser discreta cuando se introduce en un tema que es muy delicado, tal como el referente a la higiene personal.
Como parte de un consejo, pídanse mutuamente controlar el aliento si huele mal, por ejemplo. Dar o exigir un autodescubrimiento completo puede desembocar en que alguien de la pareja se retire si no está dispuesto a eso.
Las preguntas que uno mismo no está en la capacidad de responder hay que eliminarlas para dejar afuera la incomodidad.
La hora idónea para hablar
Para la mayoría de los hombres, el momento más adecuado para hablar de sexo es cuando está haciendo el amor. Ellos deben ser agradecidos siempre, indicando a la compañera lo que gusta en el momento que lo disfruta.
Sin embargo, para algunos hombres es más fácil abordar el tema de sus preferencias sexuales en otro momento.
Éste puede ser el caso si se mantiene una relación prolongada en la cual no se tiene la costumbre de hablar de sexo.
Este tema hay que abordarlo cuando ambos estén relajados y cómodos. Hacerlo de manera indirecta, mencionando algo que se haya leído o visto en la televisión o incluso citando la experiencia de algún amigo.
Volver a vivir experiencias placenteras
También suele facilitar las cosas hablar de experiencias pasadas, mejor que de experiencias presentes. Si se gusta repetir una actividad sexual que se disfrutó en el pasado, hay que mencionarla como algo placentero.
Puede ayudar si se ensaya de antemano lo que se piensa decir. Hay que aumentar la confianza en el momento de abordar el tema con la compañera si se compone el mensaje de antemano y se repite en alta voz.
Decir NO
Para muchos hombres, uno de los problemas más difíciles de comunicación es encontrar la manera de decir a la compañera que simplemente no están motivados para el sexo sin que ella se sienta rechazada.
Ellos saben lo que significa sentirse rechazados o heridos debido a un desaire sexual. Es importante aprender a negarse a la invitación sin rechazar a nadie.
Por ejemplo, se podría decir “me encantaría hablar contigo, pero no me apetece hacer el amor”, o uno puede negarse cariñosamente y decir: “Por qué sólo nos abrazamos”.
Dificultades de sinceridad
Muchas parejas con dificultad de sinceridad prefieren adoptar un código para comunicarse la disposición sexual. La pareja puede, por ejemplo ponerse de acuerdo en utilizar una escala del 1 – 10 y así evitarse algunos problemas en la relación de pareja.
Consejitos
Es bueno hacer
Lo que se siente y lo que fastidia en el momento que ocurre y no días o semanas más tarde.
Decirle a la compañera lo que expresan los sentimientos. En vez de decir: “eres muy egoísta, nunca haces… Es mejor, quizá no deba enfadarme cuando… pero no lo puedo evitar”.
No abandonar el problema hasta que quede resuelto. No hay que aprovechar la situación en curso para desahogarse de sentimientos pasados.
Mantener el control, las discusiones no deberían ser destructivas. Por lo tanto, si alguien está tan enfadado que tiene ganas de gritar, hay que esperar hasta que la cólera pase.
No lanzar críticas ásperas sobre las mutuas deficiencias físicas o intelectuales, ya que aquellas no se olvidan ni se perdonan con facilidad.
Hay que hacer las paces antes de ir a dormir. De seguro alguien no se sentirá muy animado si se intenta utilizar al sexo para perdonarse luego de la pelea.
Expresiones
Dígalas y siéntalas
Aproveche cada relación y aprovechese de ésta.
Sea sutil en sus expresiones.
No trate de adivinar nada, sólo haga realidad sus deseos.
Asegúrese de lo que siente y dé seguridad a su compañera.
Utilice las palabras adecuadas.
Sea discreto cuando trate un tema delicado.
Trate los temas sexuales cuando los dos estén en condiciones de llevar los problemas.
Recuerde lo más placentero de su relación y vuelva a vivirla.
No siempre un NO es malo, a veces es bueno decirlo.
Y… sobre todo sea sincero en sus actos.
Tengo Ganas de ti, de tu aroma y de tu ser,
de tu sabor y de tu piel,
de sentirte y hacer,
aquello a lo que tu llamas placer.
de tu sabor y de tu piel,
de sentirte y hacer,
aquello a lo que tu llamas placer.