04-13-2005, 12:22 PM
Regresando al tema de interés de este topic.
El día lunes en el programa PRIMER PLANO, se suscitó un debate muy muy interesante entre los panelistas que externan su opinión ahí. Hay muchas cosas rescatables, o más bien, todo es rescatable de este foro de análisis.
Una opinión muy interesante –entre las muchas que hubo- fue la que externo Carmen Aristegui en referencia a las “brechas” que existen en las leyes – hechas desde luego por legisladores del PRI durante su mandato de 70 años- y por tanto son resquicios que las autoridades siempre tienen para darse margen de movilidad y cometer atrocidades que argumentan como legales, pero que no dejan de ser deshonestas e ilegitimas.
Acaso a este tipo de políticos les convendrá de verdad una verdadera reforma del Estado.... por supuesto que no.
Las leyes son hechas al antojo del poder, eso está más que visto. Un analista político comenta que “las leyes son de quienes las compran y en ese terreno la gente, toda la ciudadanía, no tiene para competir contra Fox o Salinas”.... en eso le doy toda la razón y va muy de la mano con la opinión de Aristegui.
Cómo es posible que sin el PRI en el poder, el actual presidente vuelva a hacer uso de esta “movilidad política y legal –podría decirse así, pero eso sí, nada honesta-” que tiene y quitar del camino a adversarios como se hacía en antaño, en tiempos que creímos ya habíamos superado.
Otro punto de vista muy rescatable de ese programa, fue la opinión de Sergio Aguayo en relación a que la visión que tiene la derecha mexicana de AMLO es muy distinta a la de la derecha internacional –en términos generales-. La derecha internacional ve a AMLO como al presidente de Brasil Lula, mientras que la derecha mexicana lo ve como al presidente de Venezuela Hugo Chávez.
Me parece muy extremo ver al peje como Chávez, pero con la confrontación política que se está dando, y si no empieza a haber un poco de cordura y mesura en los protagonistas de este circo, pues si podríamos estar lamentando los hechos que se den de la polarización peligrosamente marcada e injusta a la que nos están llevando.
El día lunes en el programa PRIMER PLANO, se suscitó un debate muy muy interesante entre los panelistas que externan su opinión ahí. Hay muchas cosas rescatables, o más bien, todo es rescatable de este foro de análisis.
Una opinión muy interesante –entre las muchas que hubo- fue la que externo Carmen Aristegui en referencia a las “brechas” que existen en las leyes – hechas desde luego por legisladores del PRI durante su mandato de 70 años- y por tanto son resquicios que las autoridades siempre tienen para darse margen de movilidad y cometer atrocidades que argumentan como legales, pero que no dejan de ser deshonestas e ilegitimas.
Acaso a este tipo de políticos les convendrá de verdad una verdadera reforma del Estado.... por supuesto que no.
Las leyes son hechas al antojo del poder, eso está más que visto. Un analista político comenta que “las leyes son de quienes las compran y en ese terreno la gente, toda la ciudadanía, no tiene para competir contra Fox o Salinas”.... en eso le doy toda la razón y va muy de la mano con la opinión de Aristegui.
Cómo es posible que sin el PRI en el poder, el actual presidente vuelva a hacer uso de esta “movilidad política y legal –podría decirse así, pero eso sí, nada honesta-” que tiene y quitar del camino a adversarios como se hacía en antaño, en tiempos que creímos ya habíamos superado.
Otro punto de vista muy rescatable de ese programa, fue la opinión de Sergio Aguayo en relación a que la visión que tiene la derecha mexicana de AMLO es muy distinta a la de la derecha internacional –en términos generales-. La derecha internacional ve a AMLO como al presidente de Brasil Lula, mientras que la derecha mexicana lo ve como al presidente de Venezuela Hugo Chávez.
Me parece muy extremo ver al peje como Chávez, pero con la confrontación política que se está dando, y si no empieza a haber un poco de cordura y mesura en los protagonistas de este circo, pues si podríamos estar lamentando los hechos que se den de la polarización peligrosamente marcada e injusta a la que nos están llevando.