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¿Qué opinan del tortazo?
#6
Hay un hecho real e inegable. Los jóvenes inician su vida sexual a una edad más temprana y los embarazos adolescentes aumentan cada año. La información sobre cómo tener sexo seguro existe y la mayoría de ellos la conoce. ¿Por qué -entonces- no usan métodos preventivos? La presión social, la escasez de dinero y depender de la previsión sanitaria de los padres son algunas de las razones que dan para no cuidarse.

“Me daría nervio comprar preservativos, creo que me verían raro, porque está el prejuicio de que soy una chava. Igual me los venderían, pero no con la mejor disposición. Ahora, si no tuviera dinero y tuviera que ir a un consultorio, no le diría a mis papás, sobre todo si me pidieran mi credencial de elector. Eso es una forma de coartarte, te obligan a contarles. Si no quieren embarazos ni SIDA, no deberían hacerlo”.
Así piensa Ana de 16 años. Como ella, son cientos los jóvenes mexicanos que están conscientes que deben cuidarse a la hora de iniciar su vida sexual, pero que se topan con barreras que les dificulta el protegerse de las ETS y del embarazo no deseado.
Para Néstor (16), una de las trabas a esquivar es el temor a la reacción de los adultos. “La primera vez que fui a comprar preservativos a una farmacia tenía 14 años. En ese momento sentí la presión moral de la sociedad, y que toda la gente me miraba raro”.
Agrega que al momento de mencionar la palabra condón o preservativo, todo se hace más difícil, ya que la gente o sonríe u observa extrañada. “A mí me pasó que el farmacéutico se sonrió, y como que se preguntó a él mismo qué hace este niñito acá. No hubo mala onda, pero sentir esa presión me incomodó”.
Cristian (21), relata algo similar. “Antes de ir lo pensé caleta, porque me daba vergüenza pedir preservativos, me daba miedo ir de sólo imaginarme qué iba a pensar la persona que me iba a atender. Después de comprar, salí volando de la farmacia”.
En tanto, Lucas (21), señala que ese temor a lo que diga el resto se da porque existe un prejuicio social: “La sociedad de nuestros padres, se transforma en un obstáculo para adquirir preservativos, porque son esos adultos los que te venden los condones, y son ellos mismos los que ven este tema -la sexualidad en los jóvenes- como un tabú”.
Molesto por eso, Lucas añade un par de ejemplos: “Tengo compañeras que van a pedir pastillas a los médicos de la Universidad, pero no se las recetan. Ni siquiera por ovarios poliquísticos. Es que la política es de la abstención sexual hasta el matrimonio”.
El estudiante reclama que “al final, son algunas iglesias o Estados los que quieren imponer lo que uno hace, lo que es una contradicción, porque después se quejan de que sube el embarazo adolescente y sigue enfermándose gente de sida”.
Sistema de Salud no los considera
Todos los jóvenes que participaron en este sondeo coinciden en que otra dificultad para adquirir métodos anticonceptivos es su dependencia del sistema de previsión de sus padres, ya sea Isapre o Fonasa. Eso lo sabe muy bien Geraldine (17), quien por no contarle a su madre que necesitaba pastillas, tuvo que ir a un consultorio de Pudahuel a solicitarlas de forma gratuita.
“Mi mamá no tiene idea que estoy inscrita en un consultorio, me ha pesado, creo que sería bueno que, en ese sentido, una pudiera ser independiente”, recalca la joven.
Al parecer, un sistema autónomo, en el que los jóvenes pudieran ir al médico libremente y sin consultar a sus padres, ayudaría no sólo a los que no se atreven a contarles que ya son activos sexualmente por temor a represalias, sino también a los menos preocupados por su salud. Al menos, eso cree Cristian.
“Sería mejor que existiera un sistema de salud autónomo. Así uno no tendría que recurrir a los viejos, uno mismo iría y si tuviera dudas sobre cómo cuidarse iría al médico, con lo que uno adquiría responsabilidad”.
Dependencia económica
Pero el principal obstáculo -según los entrevistados- es la falta de dinero. “Lo que más dificulta el acceso a los preservativos es la falta de plata”, afirma Néstor.
Por su parte, Manuel, sentencia que “es un problema la poca independencia económica que tienen los jóvenes para comprar preservativos, además de no tener conocimiento de que se pueden obtener en consultorios”.
Es el caso de Sebastián (17), quien asegura que “de haberles dicho a mis papás que estaba teniendo relaciones, me habrían contestado que era muy chico y no me habrían dado plata”.
Por este inconveniente, muchos prefieren recurrir a amigos adultos que les facilitan los preservativos. Valeria (17), cuenta que “un amigo me regala los condones”, mientras que Néstor revela que “amigos adultos me dan preservativos si les pido”.
Discriminación
Ramiro Molina, director del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente (CEMERA), dependiente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, comparte la visión de estos jóvenes. Pero apunta que el problema de fondo, es que “son discriminados en el área de salud reproductiva”.
“Muchos son menores de 18 años, y por lo tanto, no tienen acceso directo a un convenio con Isapre o Fonasa”, manifiesta.
Su argumento es que en primer lugar, como carecen de previsión autónoma, no pueden ir a una consulta médica sin pedir autorización a sus padres, por lo que la mayoría -al no tener la suficiente confianza en estos- se queda sin hacer sus preguntas y chequeos y menos accede a recetas de pastillas anticonceptivas.
“Lo único que hay son consultorios, en donde para atenderse sin el consentimiento de los mayores, y conseguir orientación y preservativos, deben acreditarse como indigentes. Los jóvenes no pueden adquirir libremente condones”.
Alega que esto se agrava porque el gobierno nunca ha considerado prioritaria la salud reproductiva del adolescente. “El programa de Salud Adolescente del Ministerio de Salud (Minsal) no es efectivo porque ni siquiera posee una oficina de atención y el Plan Piloto Hacia una Sexualidad Responsable del Minsal, el Ministerio de Educación y el Servicio Nacional de la Mujer, nunca ha despegado”.
Cómo ayuda el Estado
El objetivo general del Plan Piloto -puesto en marcha en 2001- es fortalecer el desarrollo de habilidades sociales “necesarias para la promoción de una sexualidad plena y responsable” en la juventud.
Dentro de esto, se ha capacitado a matronas de consultorios de ocho comunas piloto -Calama, Ovalle, Valparaíso, Temuco, Cerro Navia, Pudahuel, Lo Prado y San Bernardo- que enseñan y entregan, a los jóvenes que así lo requieran, métodos anticonceptivos.
El encargado de Hacia una Sexualidad Responsable en Pudahuel, Cristian Navarro, explica que para solicitar los anticonceptivos, únicamente deben hablar con la matrona del consultorio, lo que hace el trámite poco engorroso.
“Se logró lo que se pretendía: bajar la tasa de embarazo adolescente en los colegios. De hecho, en la actualidad, hay sólo 18 embarazadas en los establecimientos de la comuna”.
En tanto, Carmen López, responsable del Programa de Salud Adolescente del Minsal, responde a las críticas de Ramiro Molina, diciendo que el Ministerio ha hecho lo que tiene y puede hacer.
“Hay que entender que las políticas de salud van a la par de los cambios sociales, y los chilenos tienen ambigüedades respecto de la salud sexual y reproductiva de los adolescentes. No está claro a partir de qué edad son autónomos sexualmente. En el país no existe una respuesta única”.
López, plantea que mientras se resuelve este tema, el rol de la sociedad civil es exigir más recursos -pues reconoce que no son suficientes- y el del Estado es utilizarlos de la manera más adecuada posible.
Cemera: salud para jóvenes
La única clínica en Chile especializada en salud sexual y reproductiva del adolescente es Cemera, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Atiende a jóvenes menores de 19 años, de lunes a viernes de 8:30 a 17:00. Está ubicada en Av.Profesor Zañartu 1030, comuna de Independencia (F: 7377080-6786484). Las consultas se cancelan de acuerdo al sistema previsional de cada cliente y es gratis para quienes no puedan cancelar.
A fines de marzo o principios de abril también atenderán a universitarios (18-24 años). Además, por la misma fecha, los que acudan al centro tendrán acceso a anticonceptivos subsidiados, es decir, a un precio muy bajo.
Tengo Ganas de ti, de tu aroma y de tu ser,
de tu sabor y de tu piel,
de sentirte y hacer,
aquello a lo que tu llamas placer.
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¿Qué opinan del tortazo? - por arturo_gtz - 06-13-2005, 07:59 PM
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Re: ¿Qué opinan del tortazo? - por smellwing - 06-13-2005, 10:48 PM
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