11-27-2005, 11:50 PM
Fragmentos de este breve cuento ruso, uno de mis favoritos. 8)
EL GRAN INQUISIDOR.
de Fiódor Dostoievski
Han pasado ya quince siglos desde que Cristo dijo: "No tardaré en volver. El Día y la hora, nadie, ni el propio Hijo lo sabe."...
Pero el Diablo no duerme y comienza a corromper a la Humanidad, a deslizarse en la tradición de los milagros. En el Norte de Germania ha nacido una herejía terrible, que precisamente niega los milagros. ... la Humanidad ha rogado tanto... El ha querido, en su misericordia inagotable, bajar a la tierra.
Y he aquí que ha querido mostrarsre al menos un instante, a la multitud desgraciada, al pueblo sumido en el pecado... El lugar de la acción es Sevilla; la época, La Inquisición...
No se trata de la venida prometida... El solo ha querido hacerles a sus hijos una visita, y ha escogido el lugar y la hora en que llamean las hogueras. Ha vuelto a tomar la forma humana que revistió...
Aparece entre las cenizas de las hogueras, donde la víspera, el cardenal gran inquisidor... quemo a cien herejes. Cristo avanza hacia la multitud, callado, modesto, sin tratar de llamar la atención pero todos le reconocen.
El pueblo... le sigue.
El, lento, una sonrisa de piedad en los labios, continua avanzando. El amor abraza su alma... Un viejo ciego de nacimiento, sale a su encuentro y grita: "¡Señor, cúrame para que pueda verte!" Una escama se desprende de sus ojos, y ve... El pueblo exclama: "¡Es EL! ¡Tiene que ser EL!...
(Otra resurreción de un muerto)
Aparace en la plaza el cardenal gran inquisidor. Es un viejo de noventa años...
¡Prendedle!- les ordena a sus esbirros, señalando a Cristo.
Y es tal su poder,... la multitud se aparta... los esbirros prenden a Cristo y se lo llevan... lo conducen a la carcel del Santo Oficio... Una noche... se abre la férrea puerta del calabozo y penetra el gran inquisidor en persona...
-¿Eres Tú, en efecto?-...
-No hables calla ¿Qué podias decirme? Demasiado lo sé... ¿Por qué has venido a molestarnos?...
(El gran inquisidor lo cuestiona sobre las tres tentaciones del desierto y otras acciones de su vida, y formulando que al actuar de otra forma, hubiera dado un amo a la Humanidad, pero El puso la libertad por encima de todo)
...pudiste haber tomado la espada del Cesar: ¿Por que rechazaste tal don?... tomando la purpura del Cesar, hubieras fundado el imperio universal, que hubiera sido la paz del mundo. Pues ¿quién debe reinar sobre los hombres sino el que es dueño de sus conciencias y tiene su pan en sus manos?
Tomamos la espada de César y al hacerlo, rompimos contigo y nos unimos a El... te enorgulleces de tus elegidos, pero son minoría: nosotros les daremos el reposo y la calma a todos...
Nosotros les daremos a todos la felicidad, concluiremos con las revueltas y matanzas organizadas por la libertad. Les convenceremos de que no serán verdaderamente libres, sino hasta cuando nos hayan confiado su libertad... gritarán a nuestros pies: "¡Si, tenéis razón! ¡Solo vosotros poseéis su secreto y volvemos a vosotros! ¡Salvadnos de nosotros mismos!"...
Nos temerán y nos admirarán...
Les diremos que todo pecado cometido con nuestro permiso será perdonado, y lo haremos por amor...Y nos adorarán como a bienhechores...
Todos los millones de seres humanos serán así, felices... Morirán en paz pronunciando tu nombre, y, más allá de la tumba, sólo veran la oscuridad de la muerte...
Se vaticina que volverás, rodeado de tus elegidos, y que vencerás...Se dice que la fornicadora se sentara sobre la bestia y ... será afrentada... Pero yo me levantare entonces y te mostraré los millones de millones de seres felices que no han conocido el pecado. Y nosotros que, por su bien , habremos asumido el peso de sus culpas, nos alzaremos ante ti, diciendo: "¡Juzganos, si puedes, si te atreves!" No te temo... He renunciado a los orgullosos para venir en socorro de los humildes.
Lo que te digo se realizará; nuestro imperio será un hecho.
Y te repito que mañana, a una señal mía, verás a un rebaño sumiso echar leña a la hoguera donde te haré morir, por haber venido a perturbarnos, ¡Quién más digno que Tú de la Hoguera? Mañana te quemaré. Dixi.
El inquisidor calla, Espera unos instantes la respuesta del preso. Aquel silencio lo turba. El preso le ha oído, sin dejar de mirarle a los ojos, con una mirada fija y dulce, decidido evidentemente a no contestar nada. El anciano hubiera querido oir de sus labios una palabra, aunque hubiera sido la más amarga, la más terrible. Y he aquí que el preso se le acerca en silencio y da un beso en sus labios exangües de nonagenario.
¡A eso se reduce su respuesta! El anciano se estremece, sus labios tiemblan; se dirige a la puerta, la abre y dice:
"¡Vete y no vuelvas nunca... nunca!" Y le deja salir a las tinieblas de la ciudad. El preso se aleja.
EL GRAN INQUISIDOR.
de Fiódor Dostoievski
Han pasado ya quince siglos desde que Cristo dijo: "No tardaré en volver. El Día y la hora, nadie, ni el propio Hijo lo sabe."...
Pero el Diablo no duerme y comienza a corromper a la Humanidad, a deslizarse en la tradición de los milagros. En el Norte de Germania ha nacido una herejía terrible, que precisamente niega los milagros. ... la Humanidad ha rogado tanto... El ha querido, en su misericordia inagotable, bajar a la tierra.
Y he aquí que ha querido mostrarsre al menos un instante, a la multitud desgraciada, al pueblo sumido en el pecado... El lugar de la acción es Sevilla; la época, La Inquisición...
No se trata de la venida prometida... El solo ha querido hacerles a sus hijos una visita, y ha escogido el lugar y la hora en que llamean las hogueras. Ha vuelto a tomar la forma humana que revistió...
Aparece entre las cenizas de las hogueras, donde la víspera, el cardenal gran inquisidor... quemo a cien herejes. Cristo avanza hacia la multitud, callado, modesto, sin tratar de llamar la atención pero todos le reconocen.
El pueblo... le sigue.
El, lento, una sonrisa de piedad en los labios, continua avanzando. El amor abraza su alma... Un viejo ciego de nacimiento, sale a su encuentro y grita: "¡Señor, cúrame para que pueda verte!" Una escama se desprende de sus ojos, y ve... El pueblo exclama: "¡Es EL! ¡Tiene que ser EL!...
(Otra resurreción de un muerto)
Aparace en la plaza el cardenal gran inquisidor. Es un viejo de noventa años...
¡Prendedle!- les ordena a sus esbirros, señalando a Cristo.
Y es tal su poder,... la multitud se aparta... los esbirros prenden a Cristo y se lo llevan... lo conducen a la carcel del Santo Oficio... Una noche... se abre la férrea puerta del calabozo y penetra el gran inquisidor en persona...
-¿Eres Tú, en efecto?-...
-No hables calla ¿Qué podias decirme? Demasiado lo sé... ¿Por qué has venido a molestarnos?...
(El gran inquisidor lo cuestiona sobre las tres tentaciones del desierto y otras acciones de su vida, y formulando que al actuar de otra forma, hubiera dado un amo a la Humanidad, pero El puso la libertad por encima de todo)
...pudiste haber tomado la espada del Cesar: ¿Por que rechazaste tal don?... tomando la purpura del Cesar, hubieras fundado el imperio universal, que hubiera sido la paz del mundo. Pues ¿quién debe reinar sobre los hombres sino el que es dueño de sus conciencias y tiene su pan en sus manos?
Tomamos la espada de César y al hacerlo, rompimos contigo y nos unimos a El... te enorgulleces de tus elegidos, pero son minoría: nosotros les daremos el reposo y la calma a todos...
Nosotros les daremos a todos la felicidad, concluiremos con las revueltas y matanzas organizadas por la libertad. Les convenceremos de que no serán verdaderamente libres, sino hasta cuando nos hayan confiado su libertad... gritarán a nuestros pies: "¡Si, tenéis razón! ¡Solo vosotros poseéis su secreto y volvemos a vosotros! ¡Salvadnos de nosotros mismos!"...
Nos temerán y nos admirarán...
Les diremos que todo pecado cometido con nuestro permiso será perdonado, y lo haremos por amor...Y nos adorarán como a bienhechores...
Todos los millones de seres humanos serán así, felices... Morirán en paz pronunciando tu nombre, y, más allá de la tumba, sólo veran la oscuridad de la muerte...
Se vaticina que volverás, rodeado de tus elegidos, y que vencerás...Se dice que la fornicadora se sentara sobre la bestia y ... será afrentada... Pero yo me levantare entonces y te mostraré los millones de millones de seres felices que no han conocido el pecado. Y nosotros que, por su bien , habremos asumido el peso de sus culpas, nos alzaremos ante ti, diciendo: "¡Juzganos, si puedes, si te atreves!" No te temo... He renunciado a los orgullosos para venir en socorro de los humildes.
Lo que te digo se realizará; nuestro imperio será un hecho.
Y te repito que mañana, a una señal mía, verás a un rebaño sumiso echar leña a la hoguera donde te haré morir, por haber venido a perturbarnos, ¡Quién más digno que Tú de la Hoguera? Mañana te quemaré. Dixi.
El inquisidor calla, Espera unos instantes la respuesta del preso. Aquel silencio lo turba. El preso le ha oído, sin dejar de mirarle a los ojos, con una mirada fija y dulce, decidido evidentemente a no contestar nada. El anciano hubiera querido oir de sus labios una palabra, aunque hubiera sido la más amarga, la más terrible. Y he aquí que el preso se le acerca en silencio y da un beso en sus labios exangües de nonagenario.
¡A eso se reduce su respuesta! El anciano se estremece, sus labios tiemblan; se dirige a la puerta, la abre y dice:
"¡Vete y no vuelvas nunca... nunca!" Y le deja salir a las tinieblas de la ciudad. El preso se aleja.