05-04-2005, 05:17 AM
HAYDEN CHRISTENSEN
ÁNAKIN NO PUEDE SUPERAR LO GUAPO QUE ES
Entrevista de Emily Blunt para Blunt Review <!-- w --><a class="postlink" href="http://www.bluntreview.com">http://www.bluntreview.com</a><!-- w -->
Traducido por Jee-Wan / Maquetado por Jako.[/colo
Hayden Christensen está de moda, y por si fuera poco está buenísimo. La mayoría de la gente lo conoce como el joven abocado a un destino amargo Ánakin Skywalker en la saga de La guerra de las galaxias. Con ese papel super-popular despegó su propia estrella hacia el cielo bastante bien, y ha podido pagar el alquiler (lo siento, no podía resistirme).
En su última película estrenada Shattered glass, que es bastante más seria (no tiene ni un ewok o disparo laser), demuestra que puede hacer algo más que confabular para conseguir el poder absoluto. Aquí están simplemente él, bueno, el verdadero actor en él, y algunos de los más destacados talentos independientes de Holywood (Peter Sarsgaard, Chloë Sevigny, y Hank Azaria, por ejemplo) plasmando a gente corriente según las órdenes del guionista y director Billy Ray. Hayden puede con la labor -de hecho lleva un cierto tiempo haciéndolo, adquiriendo con tranquilidad experiencia y puliendo su talento-.
El verdadero Hayden es una persona encantadora, y la perfecta mezcla de altura y belleza. Y con ese verdadero tour de force en Shattered glass está probando que con o sin compañero de actuación en pantalla azul, está listo para el papel.
Acaba de finalizar la precuela final de La guerra de las galaxias y se sintió feliz de simplemente sentarse, relajarse y charlar sobre un tipo distinto de escenario... y un personaje que se metió en su piel.
[color=blue]Emily Blunt: ¿Cómo se prepara para interpretar a alguien real?
Hayden Christensen: No lo conocí. Mi interpretación no fue una imitación. Tenía todos sus artículos. Tenía una idea del tipo de contador de historias que era... lo coloristas que eran sus mentiras. Hablé un poco con gente que había trabajado con él. Había un sentimiento en la oficina de que era un tipo al que le faltaba autoestima. Era obvio que hacía un gran esfuerzo para gustar a la gente. Pasé mucho tiempo con Billy Ray [el director]. Él fue mi enciclopedia de Stephen Glass [risas]. Salía por ahí con él y elegía a "mis" padres [risas]: '¿Qué te parece ella?' [risas] y él decía: 'No, no es lo suficientemente neurótica'. También pasé tiempo en reuniones en periódicos. Había presión. Creo que había un gran deseo de superarse. Casi les era requerido que aparecieran con una nueva historia que fuese cada vez más complicada.
E.B.: ¿Vió la entrevista de '60 Minutes' con Glass?
H.C.: Sí. Pero, por supuesto, eso fue tras la película.
E.B.: ¿Qué pensó de él? ¿Se sintió como: 'Lo he clavado'?
H.C.: [Risas] No. Honestamente, no fue tan terrible como me temía. Estaba un poco nervioso por interpretar a una persona real y no poder conocerle. Miré muchas imágenes de él, lo que me permitió conocer cómo vestía. Cómo sonreía, y su mirada distante fue lo que me llevó a interpretar que había algo patológico en su carácter.
E.B.: ¿Este papel le afectó a usted de algún modo?
H.C.: Caray. Sí. ¿Sentía mucha conexión por ese sentido de inseguridad que tenía? Para cuando terminé la película se había metido dentro de mí, y me alegré de terminar. Como actor, esa no es una situación agradable ¿sabes? Vas a trabajar todos los días queriendo hacer algo real y honesto y así es como puedes sobrellevarlo... con tus compañeros actores ayudándote. Tu trabajo es ir al trabajo y estar todo el rato mintiendo. Muchas de mis escenas tuvieron lugar con Peter [Sarsgaard] y él es realmente escéptico [risas], vuelves a casa y dices: '¡Me estaba mirando todo el día como si fuese un completo fraude!' [Risas]. Eso es un poco desquiciante.
E.B.: ¿Mentiría su hermano por usted como lo hizo el de Glass?
H.C.: Umm. Espero que sí. ¿Pero en algo así? Probablemente no. Te contaré una historia divertida sobre ese personaje del hermano. Casi no lo podíamos usar. Cuando el verdadero hermano de Glass se enteró de que estabamos haciendo la película, llamó y dijo que nos demandaría si le mostrábamos como que le había ayudado. Le dijimos que Stephen en persona había dicho que él había sido el cómplice durante lo de Hacker's Heaven... entonces el hermano dice: 'Sí, pero Stephen es un mentiroso ¡yo nunca le ayude!' [risas] Pues también podía ser. Eso es verdad, era divertido pero raro. Resultó que uno de los productores conocía a alguien que salió con ese tipo, y que él fardaba en la Universidad de cómo había fingido.
E.B.: ¿Cómo fue ponerse en contacto con su Stephen interior? ¿Ha contado alguna mentira que odiaría ver convertida en película
H.C.: [Risas y alza la voz y las cejas] Claaaaroo. No últimamente. Hasta cierto punto todos los actores somos unos plastas. Siempre nos estamos preguntando si "lo estamos logrando". ¿Sabes? Si la gente se está tragando nuestra barrila. Dejé salir eso para interpretar el papel. Ha pasado bastante tiempo desde que mentí en serio.
E.B.: ¿Qué hay de las mentiras sobre usted en la prensa amarilla? La de "Los Hayden no pueden pagar el alquiler" fue una buena...
H.C.: Es divertido. ¡Me entero de con quién estoy saliendo! ¡Y lo de esa casa! Mi hermano y yo estabamos alquilando una casa y el propietario quería venderla y nosotros no queríamos comprarla. Dijimos: 'De acuerdo, nos vamos'. Y eso se convirtió en que no pagabamos el alquiler. Es algo con lo que tenemos que cargar, por tener este trabajo. Luché un poco con esto incluso cuando quería hacer esta película. Ya sabes, exponer la vida de una persona en su peor momento, poner todas las mentiras de alguien en una película en un videoclub para que alguien la alquile cuando quiera... Era como: 'Aaaahhh, ¿puedo hacer esto y seguir con la conciencia tranquila?' Pero todos somos responsables de nuestros actos.
E.B.: Dígame qué diferentes experiencias le proporcionan hacer un pequeño drama frente a La guerra de las galaxias.
H.C.: Noche y día. En una película como Star Wars vives en tu imaginación: durante tres meses estás en el mundo de la fantasía. La pantalla azul copa gran parte de la imágen. Es casi como Atrapado en el tiempo en el que siempre es lo mismo [risas]. Cuando haces una película como Shattered Glass todos los estímulos te son proporcionados. Hay intimidad. No tiene que ver con el presupuesto, tiene que ver con el alcance de la película. Tu relación con los otros personajes y las relaciones con ello. Cuando estás en una película de gran presupuesto, con tantos elementos digitales, hay un centro de atención que a veces se dispersa. Es un poco caótico. Cada una tiene una entidad y sus cosas buenas. No habrá otras películas como Star Wars.
E.B.: ¿Cómo se siente al formar parte de La guerra de las galaxias, desde el punto de vista de fenómeno cultural?
H.C.: ¡Es genial! Quiero decir, me encanta. Cuando chavales de 9 y 10 años se me acercan y no diferencian entre Ánakin y yo... les has aportado vida. Haces tangible su mundo de ensueño, y ser parte de eso es un privilegio. Que mi nombre se asocie a tal icono de la cultura popular es... genial [risas]
E.B.: ¿Tiene su muñeco?
H.C.: Tengo mi muñeco. Te mandan uno de cada que hacen. Pero se va a quedar en la caja durante mucho tiempo [risas]. Recuerdo pensar: '¿Tengo mi propia figura articulada?' Era como: '¡Esto es lo más genial!' [risas] ¡Pero no se parece en nada a mí!
E.B.: ¡Guárdelas en la caja! Ignore Toy Story ¡Se podrá comprar una casa cuando se jubile gracias a ellas! [risas]
H.C.: [risas] ¡Por supuesto!
E.B.: ¿La película final va a hacer que a la gente se le salten los ojos de la impresión?
H.C.: ¡Eso espero! Sí. No hay duda de que hay una emoción en esta película que no estuvo en la anterior. En particular, el acercamiento de George [Lucas] fue mucho más trabajado en esta ocasión, tanto como lo mucho que quería relacionar la motivación, las cosas sobre las que querían hablar los actores. Es mucho más emocionante. Tenía más cosas a las que hincarle el diente. ¡Será una película genial!
FIN
Aquí está, en las propias palabras de Ánakin, errr, Hayden... ¡la que nos espera!. Mientras, Shattered glass es maravillosa. No es ciencia ficción: es para un público adulto. Los niños se aburrirán horriblemente mientras Sarsgaard y Christensen se miran a los ojos el uno al otro. Pero la película es buena y atractiva para el resto de nosotros
ÁNAKIN NO PUEDE SUPERAR LO GUAPO QUE ES
Entrevista de Emily Blunt para Blunt Review <!-- w --><a class="postlink" href="http://www.bluntreview.com">http://www.bluntreview.com</a><!-- w -->
Traducido por Jee-Wan / Maquetado por Jako.[/colo
Hayden Christensen está de moda, y por si fuera poco está buenísimo. La mayoría de la gente lo conoce como el joven abocado a un destino amargo Ánakin Skywalker en la saga de La guerra de las galaxias. Con ese papel super-popular despegó su propia estrella hacia el cielo bastante bien, y ha podido pagar el alquiler (lo siento, no podía resistirme).
En su última película estrenada Shattered glass, que es bastante más seria (no tiene ni un ewok o disparo laser), demuestra que puede hacer algo más que confabular para conseguir el poder absoluto. Aquí están simplemente él, bueno, el verdadero actor en él, y algunos de los más destacados talentos independientes de Holywood (Peter Sarsgaard, Chloë Sevigny, y Hank Azaria, por ejemplo) plasmando a gente corriente según las órdenes del guionista y director Billy Ray. Hayden puede con la labor -de hecho lleva un cierto tiempo haciéndolo, adquiriendo con tranquilidad experiencia y puliendo su talento-.
El verdadero Hayden es una persona encantadora, y la perfecta mezcla de altura y belleza. Y con ese verdadero tour de force en Shattered glass está probando que con o sin compañero de actuación en pantalla azul, está listo para el papel.
Acaba de finalizar la precuela final de La guerra de las galaxias y se sintió feliz de simplemente sentarse, relajarse y charlar sobre un tipo distinto de escenario... y un personaje que se metió en su piel.
[color=blue]Emily Blunt: ¿Cómo se prepara para interpretar a alguien real?
Hayden Christensen: No lo conocí. Mi interpretación no fue una imitación. Tenía todos sus artículos. Tenía una idea del tipo de contador de historias que era... lo coloristas que eran sus mentiras. Hablé un poco con gente que había trabajado con él. Había un sentimiento en la oficina de que era un tipo al que le faltaba autoestima. Era obvio que hacía un gran esfuerzo para gustar a la gente. Pasé mucho tiempo con Billy Ray [el director]. Él fue mi enciclopedia de Stephen Glass [risas]. Salía por ahí con él y elegía a "mis" padres [risas]: '¿Qué te parece ella?' [risas] y él decía: 'No, no es lo suficientemente neurótica'. También pasé tiempo en reuniones en periódicos. Había presión. Creo que había un gran deseo de superarse. Casi les era requerido que aparecieran con una nueva historia que fuese cada vez más complicada.
E.B.: ¿Vió la entrevista de '60 Minutes' con Glass?
H.C.: Sí. Pero, por supuesto, eso fue tras la película.
E.B.: ¿Qué pensó de él? ¿Se sintió como: 'Lo he clavado'?
H.C.: [Risas] No. Honestamente, no fue tan terrible como me temía. Estaba un poco nervioso por interpretar a una persona real y no poder conocerle. Miré muchas imágenes de él, lo que me permitió conocer cómo vestía. Cómo sonreía, y su mirada distante fue lo que me llevó a interpretar que había algo patológico en su carácter.
E.B.: ¿Este papel le afectó a usted de algún modo?
H.C.: Caray. Sí. ¿Sentía mucha conexión por ese sentido de inseguridad que tenía? Para cuando terminé la película se había metido dentro de mí, y me alegré de terminar. Como actor, esa no es una situación agradable ¿sabes? Vas a trabajar todos los días queriendo hacer algo real y honesto y así es como puedes sobrellevarlo... con tus compañeros actores ayudándote. Tu trabajo es ir al trabajo y estar todo el rato mintiendo. Muchas de mis escenas tuvieron lugar con Peter [Sarsgaard] y él es realmente escéptico [risas], vuelves a casa y dices: '¡Me estaba mirando todo el día como si fuese un completo fraude!' [Risas]. Eso es un poco desquiciante.
E.B.: ¿Mentiría su hermano por usted como lo hizo el de Glass?
H.C.: Umm. Espero que sí. ¿Pero en algo así? Probablemente no. Te contaré una historia divertida sobre ese personaje del hermano. Casi no lo podíamos usar. Cuando el verdadero hermano de Glass se enteró de que estabamos haciendo la película, llamó y dijo que nos demandaría si le mostrábamos como que le había ayudado. Le dijimos que Stephen en persona había dicho que él había sido el cómplice durante lo de Hacker's Heaven... entonces el hermano dice: 'Sí, pero Stephen es un mentiroso ¡yo nunca le ayude!' [risas] Pues también podía ser. Eso es verdad, era divertido pero raro. Resultó que uno de los productores conocía a alguien que salió con ese tipo, y que él fardaba en la Universidad de cómo había fingido.
E.B.: ¿Cómo fue ponerse en contacto con su Stephen interior? ¿Ha contado alguna mentira que odiaría ver convertida en película
H.C.: [Risas y alza la voz y las cejas] Claaaaroo. No últimamente. Hasta cierto punto todos los actores somos unos plastas. Siempre nos estamos preguntando si "lo estamos logrando". ¿Sabes? Si la gente se está tragando nuestra barrila. Dejé salir eso para interpretar el papel. Ha pasado bastante tiempo desde que mentí en serio.
E.B.: ¿Qué hay de las mentiras sobre usted en la prensa amarilla? La de "Los Hayden no pueden pagar el alquiler" fue una buena...
H.C.: Es divertido. ¡Me entero de con quién estoy saliendo! ¡Y lo de esa casa! Mi hermano y yo estabamos alquilando una casa y el propietario quería venderla y nosotros no queríamos comprarla. Dijimos: 'De acuerdo, nos vamos'. Y eso se convirtió en que no pagabamos el alquiler. Es algo con lo que tenemos que cargar, por tener este trabajo. Luché un poco con esto incluso cuando quería hacer esta película. Ya sabes, exponer la vida de una persona en su peor momento, poner todas las mentiras de alguien en una película en un videoclub para que alguien la alquile cuando quiera... Era como: 'Aaaahhh, ¿puedo hacer esto y seguir con la conciencia tranquila?' Pero todos somos responsables de nuestros actos.
E.B.: Dígame qué diferentes experiencias le proporcionan hacer un pequeño drama frente a La guerra de las galaxias.
H.C.: Noche y día. En una película como Star Wars vives en tu imaginación: durante tres meses estás en el mundo de la fantasía. La pantalla azul copa gran parte de la imágen. Es casi como Atrapado en el tiempo en el que siempre es lo mismo [risas]. Cuando haces una película como Shattered Glass todos los estímulos te son proporcionados. Hay intimidad. No tiene que ver con el presupuesto, tiene que ver con el alcance de la película. Tu relación con los otros personajes y las relaciones con ello. Cuando estás en una película de gran presupuesto, con tantos elementos digitales, hay un centro de atención que a veces se dispersa. Es un poco caótico. Cada una tiene una entidad y sus cosas buenas. No habrá otras películas como Star Wars.
E.B.: ¿Cómo se siente al formar parte de La guerra de las galaxias, desde el punto de vista de fenómeno cultural?
H.C.: ¡Es genial! Quiero decir, me encanta. Cuando chavales de 9 y 10 años se me acercan y no diferencian entre Ánakin y yo... les has aportado vida. Haces tangible su mundo de ensueño, y ser parte de eso es un privilegio. Que mi nombre se asocie a tal icono de la cultura popular es... genial [risas]
E.B.: ¿Tiene su muñeco?
H.C.: Tengo mi muñeco. Te mandan uno de cada que hacen. Pero se va a quedar en la caja durante mucho tiempo [risas]. Recuerdo pensar: '¿Tengo mi propia figura articulada?' Era como: '¡Esto es lo más genial!' [risas] ¡Pero no se parece en nada a mí!
E.B.: ¡Guárdelas en la caja! Ignore Toy Story ¡Se podrá comprar una casa cuando se jubile gracias a ellas! [risas]
H.C.: [risas] ¡Por supuesto!
E.B.: ¿La película final va a hacer que a la gente se le salten los ojos de la impresión?
H.C.: ¡Eso espero! Sí. No hay duda de que hay una emoción en esta película que no estuvo en la anterior. En particular, el acercamiento de George [Lucas] fue mucho más trabajado en esta ocasión, tanto como lo mucho que quería relacionar la motivación, las cosas sobre las que querían hablar los actores. Es mucho más emocionante. Tenía más cosas a las que hincarle el diente. ¡Será una película genial!
FIN
Aquí está, en las propias palabras de Ánakin, errr, Hayden... ¡la que nos espera!. Mientras, Shattered glass es maravillosa. No es ciencia ficción: es para un público adulto. Los niños se aburrirán horriblemente mientras Sarsgaard y Christensen se miran a los ojos el uno al otro. Pero la película es buena y atractiva para el resto de nosotros
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