05-07-2005, 01:04 AM
Uno de los documentos fílmicos más controvertidos de la ufología moderna es la secuencia de la presunta autopsia a un extraterrestre difundida en 1995, y rodada luego del supuesto choque de un ovni en la localidad de Roswell, Estados Unidos, en 1947. Hoy pasamos revista a los pormenores de este bien urdido montaje.
Erick Bellido
lanacion.cl
Cuando nadie podía presentar una prueba empírica sobre la real existencia de los seres extraterrestres, ni astrónomos, ni contactados, ni ufólogos, apareció abruptamente la figura de un desconocido personaje que decía poseer en sus manos la prueba irrefutable que terminaría por convencer a toda la humanidad de que no estamos solos en la bastedad del universo.
Este singular sujeto, que prometía revelar al mundo cual Mesías un sorprendente e inédito suceso, resultó ser ni más ni menos que Ray Santilli, un productor de la televisión británica que liberó una bomba cargada de interrogantes.
Primero divulgó en mayo de 1995 unos polémicos fotogramas en los que se apreciaba un extraño cuerpo de un ser macrocéfalo, y los presentó como los restos de un extraterrestre.
Dos meses después, Santilli difundió las imágenes de una antigua película rodada aparentemente en 1947, en la cual se apreciaba por primera vez, y en toda su dimensión, a un humanoide, que distaba tanto del clásico concepto alienígeno creado por las caricaturas de principios del siglo XX: no era verde ni tenía antenas, tampoco guardaba similitud con E.T. o con los larguiruchos seres de la película “Encuentros Cercanos”.
La criatura de Santilli tenía seis dedos en las manos y pies, ojos negros gigantes, profusas heridas en las piernas, hinchazón abdominal, cráneo distendido y ausencia de órganos sexuales.
Ante tamaña noticia, la prensa no tardó en cuestionar si efectivamente era un extraterrestre. Reflotó entonces el caso emblemático de los cazadores de ovnis, el mito de que en alguna vez un platillo volador se estrelló en las proximidades de una base de la Fuerza Aérea de Roswell, en julio de 1947.
Otros más sensacionalistas, levantaron sendos reportajes con testigos incluidos, denunciando la presencia de alienígenas vivos ocultos al interior de bunker militares o catacumbas secretas del gobierno norteamericano diseminadas en medio del desierto de Arizona.
Así, la que para muchos se trató simplemente de una de las farsas más ingeniosas del siglo pasado, que concitó un controvertido debate mundial sobre su autenticidad, recaudó una danza de millones de dólares a favor de las arcas del británico.
Según el tajante modo de ver del sociólogo e investigador del fenómeno ovni por más de 25 años, Rodrigo Fuenzalida , el film nunca mostró una verdadera autopsia a un aliens, sino un muñeco al interior de un laboratorio trucho, catalogando el video como un verdadero fiasco, desacreditado incluso por médicos forenses y tanatólogos por las malas prácticas de quienes manipulan al ser en el video.
Fuenzalida es de los que sostiene la tesis que todo fue un buen aprovechamiento comercial, que sirvió de paso para confundir más al gran público o tornarlo más incrédulo frente a estos temas.
Pero en cualquier caso, estamos ante uno de los episodios mejor documentados de la historia de la ufología y del que sin duda ha pasado a la posteridad como el caso más famoso del mundo, elevando a la categoría de leyenda la historia de los aliens de Roswell, ya que inspiró más de 10 mil publicaciones, y obligó a las autoridades militares y la propias Fuerzas Armadas de Estados Unidos a emitir un pronunciamiento oficial.
El origen a la polémica
El 8 de julio de 1947 el subteniente Walter Haut redactó, por orden de sus superiores, una nota informativa que ocuparía la portada del periódico local, el Roswell Daily Record. El titular, a cuatro columnas, es muy elocuente: Las Fuerzas Aéreas capturan un Platillo Volante en un Rancho de Roswell. Hay que hacer notar que, por aquel entonces, la materia OVNI no era confidencial, apenas habían transcurrido diez días desde la primera observación. También sabemos que los restos de aquel incidente fueron llevados a la base aérea de Fort Worth, en Texas, donde se efectuaron los primeros análisis y donde, también, se fotografiaron. Algunas de estas instantáneas fueron publicadas más tarde, con los objetos procedentes del supuesto OVNI en las manos del Teniente Jesse Marcel, responsable de la recuperación, que logró distinguir, incluso, algunos símbolos en su estructura.
En concreto en una suerte de pequeñas vigas de metal, como demostración de la versión facilitada por el mando para acallar las preguntas de los ciudadanos: un comunicado oficial emitido el 8 de julio de 1947 por la comandancia del Fuerte Worth, en Texas, asegura que el objeto estrellado era un globo meteorológico. Con esta versión se cerró el caso, pero a partir de 1974 en adelante, varios investigadores como Charles Berlitz o William Moore o, incluso, el físico nuclear Stanton Friedman volvieron a revitalizar el confuso incidente, divulgando nuevos datos y testimonios, entre los que figuran antiguos oficiales de Roswell que afirman que los restos encontrados en la zona, bien podrían haber pertenecido a un ovni.
En la década de los ‘80 florecen un sinnúmero de libros y documentales que especulan en torno a la confusa historia. En 1984 un documento anónimo que llega a manos de unos realizadores de cine norteamericanos un sobre que revela detalles de un grupo secreto denominado Majestic 12, el cual involucra al Presidente norteamericano Harry Truman, científicos y militares, personal de la CIA y FBI en un complot para encubrir documentos en los que oficializó la existencia de vida extraterrestre, vinculados al caso Roswell.
Evidentemente, estas historias dan cobijo a que este entuerto aún se encuentre archivado dentro de la lista de misterios acuáticos sin resolver.
Erick Bellido
lanacion.cl
Cuando nadie podía presentar una prueba empírica sobre la real existencia de los seres extraterrestres, ni astrónomos, ni contactados, ni ufólogos, apareció abruptamente la figura de un desconocido personaje que decía poseer en sus manos la prueba irrefutable que terminaría por convencer a toda la humanidad de que no estamos solos en la bastedad del universo.
Este singular sujeto, que prometía revelar al mundo cual Mesías un sorprendente e inédito suceso, resultó ser ni más ni menos que Ray Santilli, un productor de la televisión británica que liberó una bomba cargada de interrogantes.
Primero divulgó en mayo de 1995 unos polémicos fotogramas en los que se apreciaba un extraño cuerpo de un ser macrocéfalo, y los presentó como los restos de un extraterrestre.
Dos meses después, Santilli difundió las imágenes de una antigua película rodada aparentemente en 1947, en la cual se apreciaba por primera vez, y en toda su dimensión, a un humanoide, que distaba tanto del clásico concepto alienígeno creado por las caricaturas de principios del siglo XX: no era verde ni tenía antenas, tampoco guardaba similitud con E.T. o con los larguiruchos seres de la película “Encuentros Cercanos”.
La criatura de Santilli tenía seis dedos en las manos y pies, ojos negros gigantes, profusas heridas en las piernas, hinchazón abdominal, cráneo distendido y ausencia de órganos sexuales.
Ante tamaña noticia, la prensa no tardó en cuestionar si efectivamente era un extraterrestre. Reflotó entonces el caso emblemático de los cazadores de ovnis, el mito de que en alguna vez un platillo volador se estrelló en las proximidades de una base de la Fuerza Aérea de Roswell, en julio de 1947.
Otros más sensacionalistas, levantaron sendos reportajes con testigos incluidos, denunciando la presencia de alienígenas vivos ocultos al interior de bunker militares o catacumbas secretas del gobierno norteamericano diseminadas en medio del desierto de Arizona.
Así, la que para muchos se trató simplemente de una de las farsas más ingeniosas del siglo pasado, que concitó un controvertido debate mundial sobre su autenticidad, recaudó una danza de millones de dólares a favor de las arcas del británico.
Según el tajante modo de ver del sociólogo e investigador del fenómeno ovni por más de 25 años, Rodrigo Fuenzalida , el film nunca mostró una verdadera autopsia a un aliens, sino un muñeco al interior de un laboratorio trucho, catalogando el video como un verdadero fiasco, desacreditado incluso por médicos forenses y tanatólogos por las malas prácticas de quienes manipulan al ser en el video.
Fuenzalida es de los que sostiene la tesis que todo fue un buen aprovechamiento comercial, que sirvió de paso para confundir más al gran público o tornarlo más incrédulo frente a estos temas.
Pero en cualquier caso, estamos ante uno de los episodios mejor documentados de la historia de la ufología y del que sin duda ha pasado a la posteridad como el caso más famoso del mundo, elevando a la categoría de leyenda la historia de los aliens de Roswell, ya que inspiró más de 10 mil publicaciones, y obligó a las autoridades militares y la propias Fuerzas Armadas de Estados Unidos a emitir un pronunciamiento oficial.
El origen a la polémica
El 8 de julio de 1947 el subteniente Walter Haut redactó, por orden de sus superiores, una nota informativa que ocuparía la portada del periódico local, el Roswell Daily Record. El titular, a cuatro columnas, es muy elocuente: Las Fuerzas Aéreas capturan un Platillo Volante en un Rancho de Roswell. Hay que hacer notar que, por aquel entonces, la materia OVNI no era confidencial, apenas habían transcurrido diez días desde la primera observación. También sabemos que los restos de aquel incidente fueron llevados a la base aérea de Fort Worth, en Texas, donde se efectuaron los primeros análisis y donde, también, se fotografiaron. Algunas de estas instantáneas fueron publicadas más tarde, con los objetos procedentes del supuesto OVNI en las manos del Teniente Jesse Marcel, responsable de la recuperación, que logró distinguir, incluso, algunos símbolos en su estructura.
En concreto en una suerte de pequeñas vigas de metal, como demostración de la versión facilitada por el mando para acallar las preguntas de los ciudadanos: un comunicado oficial emitido el 8 de julio de 1947 por la comandancia del Fuerte Worth, en Texas, asegura que el objeto estrellado era un globo meteorológico. Con esta versión se cerró el caso, pero a partir de 1974 en adelante, varios investigadores como Charles Berlitz o William Moore o, incluso, el físico nuclear Stanton Friedman volvieron a revitalizar el confuso incidente, divulgando nuevos datos y testimonios, entre los que figuran antiguos oficiales de Roswell que afirman que los restos encontrados en la zona, bien podrían haber pertenecido a un ovni.
En la década de los ‘80 florecen un sinnúmero de libros y documentales que especulan en torno a la confusa historia. En 1984 un documento anónimo que llega a manos de unos realizadores de cine norteamericanos un sobre que revela detalles de un grupo secreto denominado Majestic 12, el cual involucra al Presidente norteamericano Harry Truman, científicos y militares, personal de la CIA y FBI en un complot para encubrir documentos en los que oficializó la existencia de vida extraterrestre, vinculados al caso Roswell.
Evidentemente, estas historias dan cobijo a que este entuerto aún se encuentre archivado dentro de la lista de misterios acuáticos sin resolver.
Tengo Ganas de ti, de tu aroma y de tu ser,
de tu sabor y de tu piel,
de sentirte y hacer,
aquello a lo que tu llamas placer.
de tu sabor y de tu piel,
de sentirte y hacer,
aquello a lo que tu llamas placer.