08-28-2005, 12:05 AM
La mano del diablo
Sin apego a la ética, histriónico y cínico, Diego Armando Maradona reconoció que en el Mundial de 1986, en México, se auxilió con la mano para convertir un polémico gol. Sólo así quien se autoproclama el mejor jugador de todos los tiempos superó al arquero inglés. Asegura que fue su revancha por la derrota argentina por la posesión de las Islas Malvinas (o Falkland, según la perspectiva de los europeos). El famoso futbolista y ahora conductor de su programa de televisión no mostró asomos de arrepentimiento ni acto de contrición. Consagró la inmoralidad deportiva que hizo expedito el título mundial para los trasandinos. Peor aún: lo bautiza como “la mano de Dios”. En ese partido, minutos más tarde, el chico de las barriadas hizo el mejor gol de la historia.
Su falta de escrúpulos recuerda un ejemplo contrario. Los protagonistas fueron dos grandes integrantes de la selección chilena de 1962: Jaime Ramírez Banda y Misael Escuti. El trotamundos delantero jugaba por Universidad de Chile. Finalizaba un vigoroso partido contra Colo Colo. Los hinchas de la “U” celebraron su gol del triunfo. El árbitro marcó el centro de la cancha. Entonces el arquero de los albos se acercó a él y le dijo: “La pelota entró por la red. No fue gol. Pregúntele a Jaime”. Habían sido compañeros muchas veces. El referí le hizo caso. Ramírez Banda respondió: “Es cierto. No fue gol”. Los futbolistas de su equipo casi le pegaron. Pero fue un inolvidable gesto de decencia.
Sin apego a la ética, histriónico y cínico, Diego Armando Maradona reconoció que en el Mundial de 1986, en México, se auxilió con la mano para convertir un polémico gol. Sólo así quien se autoproclama el mejor jugador de todos los tiempos superó al arquero inglés. Asegura que fue su revancha por la derrota argentina por la posesión de las Islas Malvinas (o Falkland, según la perspectiva de los europeos). El famoso futbolista y ahora conductor de su programa de televisión no mostró asomos de arrepentimiento ni acto de contrición. Consagró la inmoralidad deportiva que hizo expedito el título mundial para los trasandinos. Peor aún: lo bautiza como “la mano de Dios”. En ese partido, minutos más tarde, el chico de las barriadas hizo el mejor gol de la historia.
Su falta de escrúpulos recuerda un ejemplo contrario. Los protagonistas fueron dos grandes integrantes de la selección chilena de 1962: Jaime Ramírez Banda y Misael Escuti. El trotamundos delantero jugaba por Universidad de Chile. Finalizaba un vigoroso partido contra Colo Colo. Los hinchas de la “U” celebraron su gol del triunfo. El árbitro marcó el centro de la cancha. Entonces el arquero de los albos se acercó a él y le dijo: “La pelota entró por la red. No fue gol. Pregúntele a Jaime”. Habían sido compañeros muchas veces. El referí le hizo caso. Ramírez Banda respondió: “Es cierto. No fue gol”. Los futbolistas de su equipo casi le pegaron. Pero fue un inolvidable gesto de decencia.
Tengo Ganas de ti, de tu aroma y de tu ser,
de tu sabor y de tu piel,
de sentirte y hacer,
aquello a lo que tu llamas placer.
de tu sabor y de tu piel,
de sentirte y hacer,
aquello a lo que tu llamas placer.